Una vez que entra la primavera estamos pendientes del tiempo que nos toca para el fin de semana, sobre todo viviendo en una zona donde no tenemos asegurado el sol. ¡Va a salir el sol! Nos vamos a comer al monte.
Verde por todas partes, eucaliptos centenarios, alfombras de margaritas, árboles en flor, el canto de los pajaros, el aire limpio... tiempo para desconectar.
Hay paseos asfaltados para ir en bicicleta, canchas para jugar al futbol o al baloncesto, incluso una "U" para llevar el skate (o en nuestro caso que rompan los pantalones al utilizarlo como tobogan).
Las instalaciones que se ven en la foto inferior albergan los imprescindibles aseos. Por toda la zona hay mesas de madera con bancos corridos, bancos en los paseos, y barbacoas de piedra donde asar un rico chorizo o hacer una sabrosa paella.
Los niños tienen columpios, toboganes, una zona de arena donde utilizar cubos, palas y rastrillos y una piramide de cuerdas para trepar y disfrutar.
También hay un rocódromo donde demostrar lo que valemos.
Hoy nosotros llevamos la comida hecha. Macarrones, ensalada, tortilla de patatas, pimientos asados que ha subido Rakel (creo que solo le quedan a ella de los que asamos en octubre), y de postre bizcocho.
Eso sí, la vajilla la de batalla (usar y tirar o plastico) así no hay problemas con los niños.
Lo hemos pasado realmente bien, hasta la siguiente.